La relación entre docentes y alumnos influye en el éxito para transmitir el conocimiento, también en el nivel de aprendizaje adquirido. Es por ello que, la comunicación es fundamental en la formación de estudiantes, impulsando la búsqueda de información, tanto dentro como fuera del salón de clases.
La interacción en el ámbito educativo inicia desde la primera clase, en donde se hacen las respectivas presentaciones ante el grupo y entre los integrantes del mismo, además de establecer las reglas que definirán el diálogo durante el curso. El maestro es el agente con la responsabilidad de fomentar la comunicación bilateral, es decir, que el alumno participe activamente para que desarrolle la capacidad de adquirir el conocimiento que posee de cierta disciplina.
Fomentar y tomar en cuenta las participaciones del alumnado en el transcurso de las clases, permite diseñar, al igual que aplicar técnicas de utilidad para mantener la motivación. Por lo que, la transmisión de los temas de estudio cumple con el objetivo de aumentar y reforzar el conocimiento. Otro aspecto relevante es el desarrollo de la autonomía de manera individual, para continuar incrementando su entendimiento conjuntamente con lo visto en clase.
Una mayor implicación del estudiante aumenta la capacidad para acceder al conocimiento. Por otra parte, el docente podrá mejorar de forma constante, a través de la retroalimentación del grupo directa o indirectamente. Tal como evaluaciones específicas respecto al desempeño del maestro, los resultados obtenidos de los alumnos en los períodos de exámenes, e incluso comentarios expresados desde el punto de vista de los estudiantes para optimizar su tiempo en el aula física y virtual, según sea el caso.
Es imprescindible mencionar que la comunicación pedagógica debe fundamentarse en el respeto y empatía de ambas partes. En este sentido, el docente considera que cada estudiante es un individuo con diferencias, asimismo, cuenta con una capacidad de aprendizaje distinta. Las personas involucradas dentro del aula están obligadas a reflexionar acerca de la conducta, tanto del maestro como del alumnado, de igual modo que del manejo en general de la institución. El propósito es ajustar el ambiente adecuado para propiciar el desarrollo escolar.