De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en promedio, los mexicanos leen 3.9 libros al año. Del total de encuestados, el 29.5% practica la lectura por fines escolares.
El hábito de leer es poco común en México y casi siempre está impulsado por alguna cuestión académica, por lo que, la relevancia que tiene se mantiene sujeta a temas escolares. Es imprescindible destacar que el objetivo de leer como recurso pedagógico se centra en que el estudiante sea capaz de relacionar lo que sabe y los nuevos conocimientos inmersos en el libro.
Asimismo, es correcto considerar que leer permite obtener aprendizaje de distintos tópicos, aunque existen demás beneficios para los estudiantes en cualquier nivel escolar. Es por ello que, las instituciones privadas y públicas asociadas con la educación incitan la incorporación de libros que se relacionen con los temas incluidos en los modelos enseñanza.
Sin embargo, las técnicas para la implementación de la lectura no siempre son eficaces y existe cierta resistencia en los estudiantes cuando es impuesta. Se ha planteado que el problema radica en la ausencia de las características básicas que causan satisfacción al practicar esta acción. Las cuales son la distracción de la rutina diaria, así como el goce basado en los gustos personales.
El docente encargado tiene la responsabilidad de guiar en la construcción de este hábito, por medio de técnicas que permitan la comprensión, poner en práctica y utilizar la información cuando sea necesaria. Además, existen otros factores que influyen en la motivación, como el acceso al material, al igual que el interés de los alumnos.
En cuanto al estudiante, es necesario que comprenda las ventajas de la lectura, dentro y fuera del aula, el impacto que tendrá en su próximo desempeño en el ámbito laboral, así como en la futura preparación académica. En primer lugar, desarrolla las habilidades de expresión oral y escrita, la compresión, del mismo modo que la reflexión del entorno en donde se encuentra.
Otros beneficios son la estimulación cerebral, puesto que involucra la memoria, el razonamiento, el análisis para organizar e interrelacionar los conceptos. De igual manera, reduce las posibilidades de contraer enfermedades que deterioren la capacidad de recordar o la demencia, genera el pensamiento crítico, disminuye la acumulación de estrés y estimula la creatividad.