Las recomendaciones sobre tener hábitos de lectura son constantes desde diferentes vertientes. Médicos, psicólogos y neurólogos aconsejan mantener una rutina que favorezca la lectura diaria, pero en muchos casos no saben cómo ayudar a los pacientes para tomar los hábitos pertinentes. Por ello, es importante aprender a leer y, en este sentido, conservar unas costumbres con el paso del tiempo para obtener sus beneficios.
Y es que mantener una rutina diaria de lectura puede aportarte grandes beneficios: estimula la empatía, la imaginación, el intercambio de información y conocimiento, la percepción, la concentración y retrasa la posible aparición de síntomas relacionados con la demencia.
- Establece un horario fijo de lectura
Las rutinas diarias pueden ser tan estresantes como caóticas, obligándonos a abandonar total o parcialmente la lectura por otras actividades y responsabilidades a asumir. Aún así, trata de buscar una franja horaria diaria para dedicarla exclusivamente a la lectura: no importa si son 10 minutos o 2 horas, pero intenta cumplir este tiempo cada día.
Establecer el momento del día y el tiempo que puedes dedicar a leer según tus necesidades te permitirá obtener los beneficios de la lectura. Intenta cumplirlo al menos durante tres días a la semana. De esta manera, poco a poco leerás de forma automática.
- Evita las distracciones
Tras establecer un horario fijo diario de lectura, es importante que evites cualquier distracción susceptible de perturbar este tiempo. Por lo tanto, busca un lugar tranquilo y silencioso, apaga el móvil y dedica el 100% de tu atención al libro que vas a leer.
Una de las principales recomendaciones para leer un libro es que, durante el tiempo de lectura, mantengas toda la concentración en el libro. Para crear un hábito de este tipo, se necesita una concentración máxima, plena y activa.
- Lleva siempre un libro guardado
En el transcurso de la semana, existen muchos ratos muertos. Probablemente, vives más de los que crees: en el transporte público de camino al trabajo o a la escuela, esperando en la visita al médico o al dentista o simplemente haciendo cola.
Si tienes la costumbre de llevar siempre un libro contigo, ya sea en el bolso o en una mochila, podrás aprovechar estos momentos para leer tu libro preferido, aunque solo sea durante unos pocos minutos. De esta forma, te acostumbrarás a dedicar los ratos libres a la lectura, pudiendo afianzar el hábito.
- Evita el estrés
Es fundamental que recuerdes tu afición por la lectura, es decir, no deja de ser un hobby. No se trata de una competición: lo importante no es el número de libros que leas ni la velocidad con la que lo haces, sino coger poco a poco el hábito. Si lo tomas con tranquilidad, sabrás apreciar y disfrutar de cada momento de lectura independientemente del lugar en el que leas y el tiempo que le puedas dedicar.
- Abandona libros sin miedo
En ocasiones, te has podido obligar a terminar un libro que no te está gustando o se te resiste. Si esto lo haces de manera frecuente, puedes acabar aborreciendo la lectura. Por ello, no sientas temor por dejar durante un tiempo un libro o abandonarlo definitivamente si entorpece tu ritmo de lectura y tus hábitos lectores se están resintiendo.
Cualquier tiempo que dediques a leer es valioso, especialmente si es limitado. Por lo tanto, dedícalo a aquellos libros que te gustan y descarta los que no te interesen.